miércoles, 14 de julio de 2010

La Alquimia Secreta de los Alimentos Parte II


No todas las grasas se crean de igual manera.
Algunas influencian tus estados de ánimo en forma
positiva y otras negativamente.
Tal vez has oído que el pescado alimenta al cerebro,
que comerlo te hace más inteligente. Es verdad.
El beneficio que ofrece a tu cerebro proviene del alto
nivel de ciertas grasas que el pescado contiene,
ellas son los llamados ácidos grasos esenciales
(linolénico ú omega3 y linoleico ú omega 6).
Los mismos están presentes en gran cantidad en
los pescados conocidos como azules (atún, mero,
salmón, sardina, caballa, boquerón, anguila, pez espada),
pero también se encuentran en altas concentraciones en las
semillas de lino (molidas se absorben mejor) e poroto de soja
y las nueces.
Mientras que los ácidos grasos esenciales son considerados
como grasas inteligentes, las latamente saturadas producen
en tu cerebro el efecto inverso, disminuyendo tu rendimiento.
Alimentos como la carne no magra, salsas envasadas; salame;
jamón; así como los lácteos enteros poseen gran cantidad de
grasas saturadas. No solamente endentecen tus funciones
intelectuales por disminuir la cantidad de oxígeno circulante en
tu corriente sanguínea sino que además alteran tu estado de
animo por incrementar la depresión y afectar la memoria.
El alimento está también colmado de micronutrientes, como
las vitaminas y minerales, que también influencian tus sentimientos.
La familia de la vitamina B, que incluyen B1 (tiamina);
B2 (rivoflamina); B3 (niacina); B5 (ácido pantoténico);
B6 (piridoxina); B7 (biotina); ácido fólico y B12 (cianocobalanina);
disminuyen la depresión a través del incremento de la agilidad mental.
Los granos integrales son ricos en nutrientes del grupo B.
Tiene que ser enteros, lo que implica que el germen que es
el potador del nutriente no ha sido eliminado con la refinación.
Una buena opción es suplantar el arroz  y el pan blancos  por su
forma integral como regla general en la dieta.
Importante a tener en cuenta es que el azúcar refinado en todas
sus formas favorece la deficiencia de vitamina B en el cuerpo,
provocando finalmente depresión. Otra teoría es que los azucares
refinados provocan picos de glucosa en la sangre que se acompaña
de la liberación de endorfinas (sustancias químicas naturales que
contribuyen a la sensación de saciedad, relajación y euforia).
Pero una vez que el azúcar es metabolizado, los niveles sanguíneos
caen y junto con ella las endorfinas. El resultado es un “bajón” que
contribuye con la depresión y la fatiga.
Las bebidas cafeinazas como la coca-cola® y el café y las
bebidas alcohólicas disminuyen la absorción de ciertas vitaminas
del grupo B ( B3 y B6) y contribuyen a incrementar lo estados
de animo depresivos.
Ejemplos de alimentos que ayudan a levantar el animo y refuerzan el bienestar
incluyen:
Aportando B3: legumbres cocidas; maní; bananas; arvejas;
papas; cereales integrales; leche; levadura
Aportando B6: germen de trigo; porotos de soja; maní;
bananas; palta; coliflor, repollo; papas; panes y cereales 
integrales, frutas secas; arroz integral; nueces y berza o
repollo gallego.
A veces un poco de  buen chocolate es suficiente para obtener bienestar.
Elisabeth Somer lo llama “el dúo dinámico”, porque el chocolate
no es otra cosa que la combinación cremosa de grasa, azúcar
y cacao. El mismo estimula la liberación de serotonina y
endorfinas, provocando relajación y bienestar.
Para evitar la adicción que el mismo puede provocar debido a sus
efectos y a su rico sabor, una alternativa es tomar una taza de
leche descremada con cacao adicionada con un poco de azúcar
integral.
Las sugerencias presentadas en las dos notas te permiten modelar
tus estados de ánimo a través del alimento, una forma simple pero
eficiente aplicando principios de  nutrición conciente.